#MexiWeekly 31 - La semana sin fin & todas la iglesias son de México

#MexiWeekly 31 - La semana sin fin & todas la iglesias son de México

Sabíamos que iba a ser una semana agotadora, había mil planes, arrancábamos la semana cansados por el viaje a Puebla, estaba el crew de Paez por el DF, había shooting a mitad de semana, había que entregar freelos y la operaban a mamá y yo lejos de casa... Pero incluso preparada, creo que no imaginamos que iba a ser una semana TAN intensa.

La semana sin fin: El Domingo en Puebla tuvo poco de pueblo y mucho de backstage y rock n roll. Salimos después de desayunar y encaramos la ruta con música, mate y canelitas -soy adicta a las canelitas-. 
Llegamos al centro de la ciudad a una hora razonable para sentarnos a comer de nuevo, y esperar a que amanecieran los músicos (que dormían tidavía porque la noche anterior habían tenido show en el Luna y volaron derechito para México) para la prueba de sonido. Nos pasamos la tarde tomando mate y robando panqué y papas fritas cerca de los camerinos y cubriéndonos de la lluvia. Después vino el show, y la cena de sushi con los músicos. La vuelta a casa fue un poco larga porque el acceso a la ruta estaba cerrado por la construcción del segundo piso de autopista, y estuvimos un buen rato dando vueltas hasta que encontramos una entrada alternativa a la carretera. 

Lunes: Arrancar el lunes habiendo dormido 4 horas después de llegar pasadas las 3 de la mañana a casa, es pronóstico de semana agotadora. El no hacerle caso al cuerpo, y el lunes seguir de gira con cena, tragos y baile, es simplemente mal juicio. El lunes se festejaba el cumpleaños de Eugenia, la novia de Fito Paez, que tiene 25 años y mejor ahorro comentarios. 
Hubo cena en el Péndulo, librería-cafetería-restaurante, elección rara para un grupo de rockeros... Tras la comida, la torta y las velitas, se siguió con tragos y baile (y no es un error de tipeo, se charlo, cantó y bailó al son de Van Van) en la habitación del crew Paez. El cliché de los rockers, sus habitaciones de hotel. Por suerte, a la 1 ya estábamos en casa lavándonos los dientes para meternos en la cama. 

Martes: El martes, obviamente todavía cansada tras dormir sólo 5 horas y encarar una jornada laboral difícil y larga, ante la propuesta de ir a comer tacos al farolito, no pude negarme, y la noche tranquila de la semana, se convirtió en otra noche de dormir poco.
Miércoles: Llegué a la oficina a las 8 am y salí a las 7 y media de la tarde. Llegue a casa y me desplomé frente a la tele sin poder prestar demasiada atención a lo que estaba viendo. A las 11 de la noche estaba programando el despertador. 

Jueves: Día de grabación, 12 horas de trabajo intenso sin pausa, día de cámaras, de almorzar a las 5 de la tarde y en 15 minutos porque no se pudo cortar antes y hay que volver al set porque no vamos a terminar..... Terminar tardísimo y no poder negarme a una invitación al teatro. Estaba cerca, me invitaba una de las chicas con las que venía trabajando en varias jornadas de producción, y Pablo tenía cena así que no lo iba a encontrar en casa si volvía corriendo para guardarme de la lluvia (lluvia en todos los relatos, porque todos los días lluvia), así que fui...
Y qué vi en el teatro con mi nueva amiguita? ImproSport, una especie de bailando por un sueño de la improvisación, donde hay equipos, un jurado, una presentadora insoportable y consignas para improvisar historias desde distintos disparadores como palabras, géneros y otras tonterías. Más bizarro que divertido, me introduje en el humor mexicano sin anestesia, y aunque el teatro fue olvidable, entre carajillos y risas, la pasé bien. De nuevo a casa tarde,a comer algo rápido que hay que ir a dormir porque el viernes reunión a las 8am puntual en la oficina. 

Viernes: Gracias a dios el Viernes no fue del todo fatal, aunque sí cansador, así que la noche fue la fiesta loca de no moverse demasiado del sillón. Masterchef, serie nueva y convertirse en calabaza a medianoche. 

Fin de semana - Todas las iglesias son de México: El sábado amanecimos temprano, como de costumbre, y entre desayuno y orden armamos un bolsito y agarramos las llaves de la camioneta que nos prestaron de nuevo, y encaramos con Micky y Sanchez la ruta para San Miguel de Allende, un pueblito a unos 280km del DF. Llegamos al mediodía, hicimos check in en una posada y nos pasamos la tarde recorriendo las callecitas, mirando decenas de iglesias (es delirante la cantidad de iglesias que hay en México, hay una prácticamente cada dos cuadras), y sacando fotos en todas las esquinas. Terminamos la noche en la terraza del RoseWood hotel con tabla de quesos, tragos, charla y a la cama tempranito. Nos despertamos a un domingo medio nublado pero sin lluvia, y después de un rico desayuno paseamos por la feria de artesanos, compramos Licor de Chile Ancho y un muestrario de mieles en un mercado y encaramos la ruta después de almorzar. Ahora, a las 6 de la tarde, ya estamos silloneando el final del domingo mientras nos ponemos al día con mails, blogs y demáses. 

Seguimos escapando: El fin de semana que viene nos vamos a Cancún. Tras varias semanas instensas con altos niveles de estrés, decidimos que necesitabamos un fin de semana, en la playa, sin pensar en absolutamente nada más que en ir a buscar el próximo trago o ponernos una capa más de protector solar. La solución? 2 días en un all inclusive con todo 100% resuelto. Mis vacaciones ideales? Obvio que no, todos saben lo que pienso del All Inclusive, PERO, escapada ideal, 48hrs no no tener que pensar. Comer, tomar, leer y mirar durante horas un horizonte infinito vestido de turqueza. Con eso por delante, da gusto empezar la semana. 

Besos, abrazos, y hasta la próxima! 





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