FOOD

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Es temporada de ensaladas. Verano, calor, días largos, menos gente en la ciudad. Son esos días para almuerzos prolongados a la sombra, con jarras de limonada y unas buenas ensaladas frescas de muchos colores. En verano la ensalada pasa a ser el alma de la fiesta.
¿No sabés adonde ir? Acá van algunas recomendaciones para cambiar la ensalada mixta por algunas más originales.










BAKING
Es simple, natural y rico; así lo describen ellos y no se equivocan. Para un almuerzo liviano en microcentro sin tener que estar un rato largo esperando la cuenta. Inspirado en los fast casuals neoyorquinos, Baking ofrece sándwiches, ensaladas y cosas ricas para el postre. Entre las ensaladas, hay para elegir entre caesar, veggie con cous cous, chicken curry y cobb salad. También pueden optar por una quesadilla con ensalada garden o uno de sus tentadores sándwiches con pan casero.

GREEN EAT
Una propuesta similar a la de Baking, para escaparte de la oficina y sentarte a trabajar junto a los grandes ventanales, con wifi gratis y outlets para enchufar la compu escuchando jazz y música indie como Belle & Sebastian o Vampire Weekend. Un self service de wraps, tartas, woks, sándwiches, sopas, ensaladas y hasta sushi. Si además de comer rico tenés ganas de llevarte algo a casa, venden algunas cosas como mostazas, dulces y hasta papines andinos. Dato: el blueberry muffin es para darse un gusto, es chiquito pero no tiene nada que envidiarle al de Starbucks.

I CENTRAL MARKET
Peras y queso azul, combinación infalible. Casi tan infalible es la ensalada de i Central Market que además de peras y queso azul trae verdes, rúcula, almendras caramelizadas, con vinagreta de aceto y mostaza de Dijon. Si no te gusta el queso azul, podés optar por ensalada de espinaca con hongos a la plancha, salmón ahumado, brie y huevo poché, y hasta armar tu propia ensalada con los ingredientes que más te gusten. I Central Market es restó, café, mercado, pastelería, quesería, bazar, florería, panadería, wine bar y hasta heladería. Una linda opción para salir a pasear y sentarse a disfrutar de un almuerzo frente al río.

KANSAS GRILL
Ya sea en San IsidroPilar o en el hipódromo de Palermo, Kansas tiene, además de las mejores ribs con barbacoa y papa rellena, muy buena propuestas de ensaladas. El plan perfecto incluye ir en la semana antes de las 19.30 para aprovechar el happy hour de tragos en la barra o el patio, y aprovechar para cenar temprano (antes de que aparezcan las oleadas de gente). La caesar es la reina de las caesars de Buenos Aires (con el verdadero aderezo caesar, muchos crutones y ajo). Mi preferida (que no siempre está en el menú pero pregunten si la tienen) es la ensalada de espinacas, con queso azul danés, tomates cherry, pollo grillado, pecanas caramelizadas y vinagreta de frambuesa. La grilled chicken salad, con tiritas de tortilla, hojas verdes, zanahoria, repollo, vinagreta de honey-lime y salsa de maní, es una buena opción para compartir y llegar al postre (no duden: sundae con salsa de chocolate y frutos secos caramelizados).

LA ANITA
Era un pequeño lugarcito con un mostrador y cinco mesas en el patio de un almacén al que llegué de casualidad un día caminando cerca del Tren de la Costa de San Isidro. No hace mucho que se mudaron para agrandar la casa. Ahora, con cerca de treinta mesas, siguen conservando ese espíritu de almacén, pero con bastante más lugar. No vayan apurados, siempre hay mucha gente, pero vale la pena armarse de paciencia y disfrutar de un almuerzo de fin de semana. Para la entrada ni miren el menú: pidan langostinos apanados con mayonesa de wasabi o berenjenas La Anita, me lo van a agradecer. Como principal, si van a optar por ensaladas: ensalada París con salmón, ensalada con langostinos y endivias, o ensalada La Anita con rúcula, tomates secos, parmesano y hongos.

LA ESPERANZA
Solía ser un local chiquito en una esquina cualquiera en Belgrano, que ofrecía muy buenas ensaladas. Su ensalada de brie con verdes, tomates secos, aceitunas negras, almendras tostadas y palta era mi ensalada de cabecera los mediodías que no sabía qué almorzar en la oficina. Las ensaladas son bastante abundantes, como para compartir (si piden un guacamole como entrada, por ejemplo). La de cous cous con verduras es excelente, o también la de pollo, palta, verdes, tomates cherry y honey mustard. Creo que todas las ensaladas que tienen me gustan. Hay para todos los gustos. Hace poco hicieron una renovación, agrandaron y abrieron una terraza divina para sentarse (a la sombra) a disfrutar de un almuerzo prolongado, tranquilo, y con una jarra grande de limonada con menta.

MARK’S
Es uno de esos lugares en Palermo que no falla. Yo iba siempre por su limonada con menta y jengibre y pedía una cookie o un sándwich con pan de aceitunas. Hace poco me animé a una ensalada y no me decepcioné, volví por más. La ensalada con salmón, brie y rúcula estaba riquísima. La segunda vuelta pedí una con papines tibios, jamón crudo, boconccinos, verdes y tomates cherry, que volvería a pedir sin dudarlo.

QUIMBOMBO
Comida sana, fresca y liviana, inspirada en la cocina de la India (aunque no es comida india específicamente). Cuentan con muchísimas opciones, y leer la carta es como entrar en un laberinto culinario. Si vas a optar por ensaladas, la Quimbombó es una muy buena opción; lleva rúcula, lechuga, zanahoria, tomates cherry y cilantro, con pollo grillado o salmón ahumado. La tunecina es un clásico del lugar, con tomates deshidratados, mozzarella, berenjenas y zucchinis grillados, choclo, albahaca y menta. También tienen una versión de caesar “Pranna” con lechugas, queso parmesano, crutones, yeast crunch y aderezo vegetariano. Se le puede agregar tofu a la plancha, pollo grillado o salmón ahumado. Para acompañar, alguno de sus famosos licuados y pan casero.

TEA CONNECTION
Alguna vez leí que Tea Connection tenía las mejores ensaladas de Buenos Aires. No sé si me animaría a generalizar de tal forma, pero ciertamente es un buen lugar para gente que tiene ganas de comer rico y sano. Todo lo que ofrecen lleva ingredientes frescos y naturales. Es uno de esos lugares donde la ensalada dejó de ser el acompañamiento y pasó a ser el centro de la mesa. La ensalada de camarones con palta, rúcula, brotes de soja y champiñones grillados es una muy buena opción para comer liviano al mediodía. El ambiente del local ayuda a una experiencia de disfrute y tranquilidad.

ZELMIRA
Flores y pasteles. Un lugar chiquito, tranquilo, al que vale ir, si no por otra cosa, para probar sus arepas colombianas. Es cierto, técnicamente no es una ensalada, pero viene CON ensalada, ¿vale? Queso derretido, vegetales sobre una arepa caliente y crocante, guacamole y ensalada. ¿Quién quiere negarse? Si se quedan con ganas de algo dulce, además de rica pastelería tienen submarino, que hacen con chocolate Lindt: nada más para agregar. Nota: solo aceptan efectivo.

Dato 




Curioso ¿Sabés de dónde viene la palabra ensalada? Proviene del latín “salata”, que hacía referencia a que los vegetales crudos se comían “salados” (aliñados con salmuera). Ya en las tumbas egipcias se encontraron evidencias del consumo de vegetales crudos como parte de la dieta diaria, y desde la Antigüedad, tanto griegos como romanos consumían algo muy similar a lo que hoy conocemos como ensalada.
Y vos, ¿dónde comés tus ensaladas favoritas?
Hace un par de dias fui a comer a La Anita, un restaurante en el bajo de San Isidro que me gusta mucho. De postre me dijeron que tenian "postre griego"; ni dude, le dije que queria uno. La verdad que como un postre de restaurante, no me parecio gran cosa, era yogur natural batida, con unos frutos rojos y azucar quemada, pero me gusto la idea para un postre improvisado. Entonces cuando estaba cortando el biscotti ayer a la tarde, se me ocurrio que podria quedar muy bien con yogur, miel y algunas frutas. Dicho y hecho, luego de un intento frustrado de salir a almorzar hoy. Volvi a casa, hice un salteado de pollo al curry con fideos de arroz, un mix de berenjenas y zanahorias con miel, comino y curry. De postre, yogur griego de frutillas batido, ciruelas, pelon, pedacitos de biscotti con almendras, y miel...



Tengo alma de gorda; no miento ni me averguenzo cuando digo que el 70% de mi espacio mental esta dedicado exclusivamente a la comida.
Tengo la suerte de vivir con un metabolismo privilegiado asi que mi alma de gorda no me convierte en una gorda del todo. Pero... puede que mi metabolismo no me acompanie para siempre. Por suerte la verdad es que tambien me gusta comer sano. En verano las ensaladas pasan a ser el centro de atencion de casi todos mis almuerzos. Y pense, seguramente hay ahi afuera, un monton de lectores (del ciberespeacio en general, no que piense que me lean miles de personas) que estan buscando comer liviano, rico, pero no se les ocurre como combinar ingredientes para hacer ensaladas mas alla de la mixta o zanahoria y huevo. Por eso... llega a Cookie Sundays la temporada de ensaladas. Para compartir con quienes tengan ganas de innovar en materia verde. Toma 1, ensalada 1, para dos.

Ensalada 1 (para 2)
-1 remolacha rallada
-1 zanahoria rallada
-1/2 taza de lentejas cocidas (o mas, si se quiere)
-espinaca cortada en juliana
-perejil picado
-rucula en juliana

-pasas de uvas rubias (c/n)
-nueces picadas gruesas (c/n)

para condimentar: un buen aceite de oliva, limon, sal y pimienta negra

Entre sus mil actividades, Juliana López May se hizo un tiempo para hablar con Guía Oleo antes de que llegue el 2013. Habló sobre su historia, su hermano cocinero, su gran maestro Francis Mallmann y el eterno viaje hacia la cocina natural. Y además contó cuál es su restaurante favorito y cómo encontró su lugar en el mundo.

Se dice inquieta, mamá, mujer, cocinera, profesora, alguien a quien le gusta estar todo el tiempo en actividad. Trabajó en tele, fue asesora de restaurantes, tuvo un restaurante propio. Hoy se dedica mucho a la familia, a dar clases, está escribiendo su tercer libro, colaborando con Nik en otro, y además a punto de lanzar una línea de papelería y una línea de conservas. Y se hizo un rato para hablar con Guía Oleo sobre éstos y tantos otros temas. Casi como cierre de un año tan productivo y con vistas a lo que vendrá.

¿QUÉ TE LLEVÓ A LA COCINA?
Muchos de los recuerdos de mi infancia son en la cocina, siempre me gustó. No es casualidad que de cuatro hermanos, dos hayamos terminado siendo cocineros profesionales. En mi casa materna el lugar era la cocina: todo pasaba por ahí. Cocinábamos mucho, nos encantaba estar ahí, mirando, probando. Era el lugar más concurrido de la casa. En algún momento mi mamá hacía tortas para vender y estábamos los cuatro dando vueltas a su alrededor, nos peleábamos para ver a quién le tocaba limpiar el batidor y el bowl. Me acuerdo de la torta de mousse de chocolate que estaba buenísima, y también una de manzana que sigue haciendo hoy, que me encanta. Mi papá y mi abuela materna también cocinaban mucho. Mi papá hacía comida medio libanesa, árabe, y nosotros lo ayudábamos a preparar los niños envueltos.
¿CÓMO TE LLEVÁS CON TUS HERMANOS? ¿TRABAJÁS CON MÁXIMO?
Tenemos una relación súper linda, somos amigos además de hermanos. De chicos éramos los cuatro muy unidos. Todos los domingos íbamos a museos, hacíamos barriletes, estábamos mucho en la calle, jugábamos al elástico con la vecina, teníamos amigos del barrio, andábamos en bicicleta. Viví toda mi vida en Florida, recién a los veintipico me mudé a Olivos, después a Punta Chica, siempre en Zona Norte. Con mi hermano Maxi nunca trabajamos juntos. Somos muy diferentes en la cocina. El es mucho más Máximo, más grande, más gente. Yo soy más intimista e inquieta. Un día quiero hacer una cosa, otro día quiero hacer otra. Me gustan las cosas que empiezan y terminan, siempre pensar en algo más. Y él nada que ver.

¿QUIÉNES FUERON TUS MAESTROS?
Sobre todo, mi mamá y Francis Mallmann. Empecé a trabajar con Francis por un conocido que me recomendó para hacer una pasantía. Trabajé durante seis años con él. Durante ese tiempo hacía lo que él hacía, y me parecía impresionante. Es muy selectivo con los productos, usa frutas y verduras de estación, prioriza la calidad ante todo. Hoy tal vez no comparto tanta carne, pero todo el resto sí. Muchas de las cosas que hoy me gustan las aprendí a su lado. Se preocupa mucho por la estética de todo lo que hay alrededor de la comida, es un creador.
¿CÓMO LLEGASTE A LA COCINA NATURAL? 
Siempre me vi más reflejada en lo que eran los productos naturales, de calidad, simples. De chica me gustaban mucho las ensaladas. También me gusta mucho la cocina italiana, los procesos cortos, trabajar con buenos ingredientes y productos de estación. Después de diez años de ser cocinera tradicional tuve una pequeña crisis, que desde lo profesional se transformó en una búsqueda. Tenía la necesidad de volver a enamorarme de la profesión. Me volví a encontrar con la profesión cuando me empecé a meter en lo que era la cocina saludable, orgánica. Fue como aprender de nuevo, y me encantó. Encontré mi lugar, me vi muy cómoda; además es como yo vivo la vida. La cocina saludable no es sólo mi carrera, es la forma de pensar en mi día a día, cómo me alimento y le doy de comer a mi familia. Encontré lo que estaba buscando.

¿CÓMO LLEGASTE AL LUGAR DONDE ESTÁS HOY?
En mi vida es todo medio natural, se fueron dando las cosas. Yo nunca me propuse ni imaginé estar en el lugar en el que estoy con la exposición que tengo. Tengo amigas que viven en México y me dicen “sos re famosa”, y la verdad es que yo vivo la vida igual que si no lo fuera. Me llamaron, me ofrecieron esto, me gustó, lo hice. Trabajé en tele, escribí un libro, di clases, después vino un segundo libro muy rápido, un contrato por un tercero, ahora estoy por sacar otro con Gaturro en noviembre. Y no es que yo digo “qué bueno sería hacer tal cosa”. Todo me va pasando sin pensar demasiado.
¿DE QUÉ SE TRATA EL LIBRO DE GATURRO? 
Es sobre comida para chicos y para grandes. La intención de Nik y mía es devolverle algo a la sociedad. La alimentación, el cuidado de los chicos según lo que comen, forma parte de una educación por la que está bueno empezar.

¿Y TU TERCER LIBRO? 
Sale en 2013. Va a estar dividido por productos, con varias recetas de cada uno. Estoy armando todo en un estudio en Tigre. Elijo peras, ciruelas o duraznos y hago varias recetas con estos productos principales. Hay invitados, se pueden ver productos y recetas de distintas épocas del año. Habla un poco de lo que me inspira y cómo me gusta cocinar y comer.

¿QUÉ TE INSPIRA? 
Siempre me guío con los productos de estación, qué es lo que hay, qué es lo que se consigue, siempre teniendo en cuenta que sean productos orgánicos y naturales. Busco en Internet, en libros y después me van saliendo cosas. Me ayuda mucho dar clases. Doy seis clases por mes y tengo la obligación de sentarme a pensar, y en el pensar recetas para dar clases de repente digo “ay, qué buena está esta receta para el libro”.
HICISTE DE TODO, ¿QUÉ TE FALTA?
(Risas)… También estoy armando una línea de papelería con Vero Pasman que se llama Gastronomía Papel. Ella es la diseñadora de todos mis libros y somos muy amigas. Estamos haciendo una línea con posavasos, fichas para recetas, blocks para notas con imanes. También estoy por desarrollar una línea de conservas con un productor en Mendoza. Creo que con esto ya estoy. La verdad es que no me falta nada. Estoy súper agradecida con lo que me tocó.

¿CÓMO EDUCÁS A TUS HIJOS CON EL TEMA DE LA COMIDA?
Primero que nada trato de educarlos a través del ejemplo. Explicarles y contarles qué es lo que es sano y qué no. Después cada uno elige. Trato de darles los parámetros, pero al mismo tiempo dejarlos ser. Me gusta que estemos sentados a la mesa, que desayunen bien, pero no les prohíbo ni los obligo ni los persigo. Si van a un cumpleaños donde hay miles de porquerías, y, bueno, mátense, después veremos… Tampoco es terrible. Me relajé un poco, tampoco puedo ir contra la corriente. Mi marido es nada que ver, y está bueno tener un equilibro entre nosotros. Que el chico después elija lo que quiera.

¿CÓMO SE CONOCIERON?
Lo conocí en Dominga, un restaurante. Estábamos los dos esperando mesa, teníamos en común al dueño del lugar. Nos contactó, cruzamos teléfonos. Me invitó a comer al Faena que recién había abierto, empezamos a salir y nunca más nos separamos. Hace ocho años que estamos juntos. Lo que más me gusta de él es que me da mucha libertad, y lo que menos me gusta es que es demasiado ordenado.

¿QUÉ DESAYUNAN?
Si tengo tiempo hacemos licuados de frutas con banana, manzana, pera, limón, mandarina, unos súper licuados. Después hacemos helado con los licuados que sobran. Yo siempre desayuno yogur con granola, tostadas, cereales. Me siento y desayuno todos los días. Quiero que en mi casa aprendan que el desayuno es muy importante.

¿COCINÁS EN TU CASA? 
No estoy cocinando siempre. Tengo chicas que trabajan que son muy buenas. Les digo “comamos esto, esto y esto”. Comemos simple, casero y rico. Sí me preocupo de que tengamos todo, que el pollo sea de campo, los huevos de granja, el aceite de oliva. Hago la compra en Jardín Orgánico, a veces en el Barrio Chino, en ferias. Todas las semanas me traen una gran canasta con pollo, huevos, frutas y verduras buenas, con eso ya estamos bien.
¿TU RESTAURANTE FAVORITO? 
Me gustan las cantinas, los restaurantes de barrio. No tengo uno que me represente del todo, pero uno que me gusta mucho es Boulevard Sáenz Peña, que es un restaurante donde trabajo. Me gusta que el lugar tenga concepto, que uno vaya a relajarse. A veces ni me importa la comida. Me gusta que sea agradable, no voy a ver qué le pusieron al plato. Voy a vivir la gastronomía desde otro lugar.

¿UN VIAJE?
El primer viaje que me impactó fue a Londres. Tenía 24 años, fui a hacer una pasantía en The River Café, un restaurante divino de cocina italiana que me abrió mucha la cabeza, fue un antes y un después en mi vida. Me gusta mucho viajar, los lugares que tienen mucha historia, los suelos que hablan por sí mismos.

¿SOS VEGETARIANA?
Mis clases de cocina son completamente vegetarianas. Yo no como cerdo ni pollo, pero no soy vegetariana. Como muy poca carne, no la necesito. Pero mis hijos sí, comen todo lo que quieren.
¿UNA RECETA RÁPIDA?
Hamburguesa de cereales con lentejas, arroz yamaní, verduras, huevo, queso y pan rallado.

UN SNACK.
Dátiles, frutos secos o un buen chocolate amargo.

UTENSILIO PREFERIDO.
Una manito y una pinza.

MÚSICA PARA COCINAR.
Mujeres solitas: Cat Power, Hope Sandoval.

ALGUIEN QUE ADMIRES FUERA DEL MUNDO CULINARIO.
Mi mamá.

 Enero tiene algo que hace dar la sensación de que el tiempo va mas lento. Es el mes tranquilo, ese mes en que Buenos Aires parece transitable, cuando los que no lograron fugarse a algun lado, se esconden en el aire acondicionado o flotan en la pilta hasta que se les arrugan los dedos como pasas. Los lunes flota una quietud inevitable, mientras la gente llega a la oficina mirando por la ventana del colectivo como diciendo "que injusticia, yo aca, con 34 grados a la sombra y fulanita esta mojando los pies en la arena blanca y ahogandose en caipirinhas"...
Pero enero pasa rapido, y febrero casi ni lo sentimos y de repente ya llega marzo y saltamos a un tercer mes del año y nos preguntamos que paso con el verano, miramos para los costados y decimos ah, si, empezó el año. Asi que a disfrutar de enero para los after office en terrazas al aire libre, a no dejarse ganar por le envidia de las vacaciones ajenas, y a ponerle el otro cachete al sol (para quemarnos parejito). 
Mañana de nuevo a la oficina, pero hoy, manos a la cocina, para empezar el año a puro cookies. 


Cookies con caju y chocolate amargo
(rinde +/- 24 galletitas)
Ingredientes
-100 grs de manteca
-225 grs de azucar
-1 huevo
-1 cda de esencia de vainilla
-185 grs de harina 0000
-1/2 cda de polvo e hornear
-1 cdita de sal
-100 grs de chocolate amargo picado
-80 grs de caju tostadas y saladas

Preparacion:

-Precalentear el horno a 160 C
-Batir la manteca y el azucar unos minutos
-Agregar el huevo y la esencia de vainilla. Batir hasta que quede bien incorporado
-Tamizar la harina, la sal y el polvo de hornear
-Agregar a la mezcla hasta que quede bien lisa
-Agregar el chocolate  y las caju (ambos picados no muy fino)
-Realizar bolitas con la mezcla y aplastar sobre una placa con papel manteca
-Hornear durante unos 15 a 20 minutos 
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