Musica para calmar las fieras

Musica para calmar las fieras


Comer rico, tomar un buen trago y escuchar buena música; suena como el plan perfecto, ¿no? Muchos bares y restaurantes de Buenos Aires ofrecen la posibilidad de comer y tomar algo mientras se disfruta de buena música. Hay bares con música al palo, llenos de gente donde tenés que codearte con el de al lado para conseguir un segundo de atención del barman; otros donde hay que cumplir un horario porque la música es más un evento con principio y fin (casi como una cena show), y en la otra punta del espectro tenemos barcitos escondidos con música cool, bajita, para ir a relajar un rato y disfrutar de la compañía. En el medio… hay para todos los gustos.

Le preguntamos a la comunidad de Oleo en Facebook cuales les parecían los mejores lugares para ir a comer, tomar algo y disfrutar de la música de fondo. Hoy les comparto algunos de los lugares que más votos sumaron:

878: Es una casa alargada en la calle Thames, que en el 2004 Julián Diaz convirtió en un bar y restó moderno. Arrancó como un lugar oculto, detrás de una puerta de madera de la que nadie sospechaba. Poco después se fue corriendo la voz que tras un timbrazo se abría allí el camino hacia tragos perfectos y música copada. Hoy son pocos los que transitan por la entrada y no saben que es un bar, pero lo que nadie duda es que es de los buenos. Bacanal lo nombró hace tiempo como “el bar perfecto”, en la prensa extranjera está rankeado entre los mejores 10 bares de Buenos Aires, y fue el más popular entre los votos de la comunidad de Oleo en Facebook. En este bar ya no tan escondido hay una larga barra, amplio espacio entre las mesas, y se escucha buena música. Happy-hour de cervezas, caipirinhas, tapas de frutos del mar y hamburguesas de cordero coronaran una noche ideal con amigos.


L’ abeille: en el barrio de Retiro se encuentra este bar restó con aire glamoroso y sofisticado, decorado con animal print, espejos y muebles de diseño estilo art decó. Los precios son tan sofisticados como el lugar (caros!), pero el ambiente merece una oportunidad. En la barra ganan los vinos, vodkas y los tragos clásicos como el Martini. Para acompañar hay patés, tramezzini, club-sandwichs, jamón ibérico pata negra y tapeos. La música es lo que ellos definen como “feelgoodmusic”, que incluye soul, funk, disco, jazz y brazilian. Es un lugar para disfrutar de un buen cocktail y sentirse como en uno de los bares europeos durante los seventies.


Milion: desde el 2000 que en esta casona con su hermoso jardín, vibran los sonidos del jazz, soul, funk, bossa, tango y electrónica chill mientras entre el público se degustan tragos y se pide algún plato de comida argentina o mediterránea. Muchos de los visitantes eligen la planta baja para cenar tranquilos y luego suben las escaleras para encontrarse con la barra y la gente (la parte de arriba es un poco ruidosa). Otros optan por visitar el jardín para recordar “encuentros confortables”, el ciclo de música que se hacía cada domingo con el Dj Dr. Trincado. Buen lugar para ir a tomar algo después del trabajo, ya que tienen 2X1 de cerveza hasta las 20 hrs.


Puerta Uno: en una puerta perdida en el Barrio chino de Belgrano, se esconde de quien no está invitado este bar con onda un poco íntima, donde podés ir en pareja para una noche tranqui, o con un grupo de amigos a sentarte en sillones con mesas largas compartidas para conocer gente nueva. La cerveza la sirven bien fría, como corresponde, y si bien la carta de comida es reducida, la pizza de rúcula no se le niega a nadie. Es de los pocos bares donde todavía se puede fumar adentro, felices los fumadores, indignados los que odian el humo.

Aldo’s: es un restaurant con cocina de autor ubicado en San Telmo. Ideal para ir a comer en pareja y escuchar jazz mientras se disfruta de una muy buena propuesta gastronómica. Lo que más se destaca de Aldo’s es que además de restaurant es una vinoteca, con una cava muy bien seleccionada. Lo extraordinario es que en la mesa te cobran el vino el mismo precio que en la góndola, lo que te da ganas de quedarte a probar como marida tu elección con los ravioles de mascarpone o el cordero braseado al vino tinto.

Notorious: se hizo muy popular para escuchar jazz y bossa en vivo. Los shows en la semana son una atractiva opción para cortar con la rutina. El servicio de mesa es rápido y eficiente, incluso cuando el lugar está lleno. Para comer, se puede pedir unas tablas de quesos y fiambres para picar o bien ir por platos más elaborados como chipirones o ravioles de salmón, aunque siempre el foco de la situación es la música. Para mí lo más atractivo de Notorious es la disquería, que cuenta con discos comerciales pero también algunas cosas un poco más raras. Irse con un disco nuevo hace las veces de postre y también prolonga la situación de disfrute en el auto o cuando llegamos a casa.


Le Bar: tiene la onda de un bistró francés vuelto moderno con decoración y música ecléctica. Durante la semana suelen tener música en vivo y se organizan distintos ciclos. Los viernes después de cenar el salón se convierte en una pista de baile donde predominan los mashups el dancehall y los nuevos sonidos. Durante octubre, cada martes hubo música en vivo bajo el concepto “Bullicio”, con bandas seleccionadas por Lucas Garofalo (editor de Inrockuptibles).


Entre las opiniones de facebook, también sumaron votos clásicos como Mute y Hard Rock Café; o Thelonius como alternativa a Notorius para ver jazz y comer una rica pizza. Apareció también el más recientemente popular Crizia y otros usuarios mencionaron CabernetCarnalDoppelgangerGibraltar y Bangalore, todas buenas opciones.

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