Dónde comer platos invernales para combatir el frío (nota Guia Oleo)

Dónde comer platos invernales para combatir el frío (nota Guia Oleo)

Llegó el frío, y parece que va a instalarse por un rato. ¿Qué mejores armas para combatirlo que un buen plato bien calentito y suculento?
Un rico guiso de lentejas, un buen locro bien espeso, pastel de papas, carbonada, puchero… Esos platos que te hacen acordar a tu abuela, y piden un pedacito de pan para rescatar la salsa del fondo de la cazuela de barro.
Acá, algunos recomendados para pelear el invierno.

PAN Y TEATRO: Pastel de papas mendocino y Cordero a la cacerola. En una esquina de Boedo, casi escondido, se encuentra este lindo restaurante que pertenece a una familia mendocina que se instaló en Buenos Aires a fines de los ‘80. Empezaron vendiendo empanadas y pan casero, en un espacio que también funcionó como taller de arte, teatro y experimentación musical, y se convirtió en restaurante. Con un salón de una extraña pero agradable rusticidad, es un lugar ideal para ir a comer un plato calentito. Hay humitas, pasteles de calabaza y ternera al barro, conejo al vino tinto, y en invierno hacenestofado de cordero a la cacerola (y para las fechas patrias también locro). Si no te tentaste con lo anterior, tal vez te llame el pastel de papas mendocino (con canela y pasas). De postre, hay dulce de alcayota con nueces y budín de pan.
(Las Casas 4095 esquina Muñiz, Boedo)

EL ÑANDÚ: Pastel de calabaza y lomo
Este restaurante del bajo de San Isidro es uno de esos que está siempre lleno. Verano, invierno, primavera, llueve o truene; los comensales siguen apareciendo en la puerta del restaurante y esperando pacientemente su mesa. ¿Por qué? Porque vale la pena. Su menú va desde parrilla, quesadillas a cazuelitas, pero siempre bajo una misma impronta: comida casera. En invierno instalan un fogón en la entrada para los que están esperando; y una vez adentro, el salón calentito, el bullicio de la gente, los camareros yendo y viniendo con arrocitos, humitas y parrilla te hacen entrar en calor enseguida. Para un día de frío, el pastel de calabaza con lomo abriga y llena de placer. Los arrocitos con hongos y vegetales también son muy ricos, ni hablar de lashumitas envueltas en hojas de maíz bien dulce, y mucho queso derretido. También hay locrolentejas y cazuelas, para todos los gustos.
(Elcano 648, San Isidro)

RAÍCES: Guiso de lentejas y Locro
Cocina a la vista, grandes ventanales, latas de galletas, colores vivos y un locro pulsado bien espeso o un guiso de alubias de tres colores y arroz servido en una especie de cazuela hecha de pan ahuecado. EnRaíces, el invierno sí sienta bien. El restaurante está emplazado en un viejo almacén reciclado en la esquina de Crisólogo Larralde y Estomba, y desde 2010 se propone (y logra con éxito) servir los clásicos platos de la cocina casera local, esos que comíamos cuando éramos más chicos, pero recreados con un twist de originalidad e ingredientes actuales. Revuelto gramajo con panceta, lengua a la vinagreta con salsa de morrones, empanadas de humita, guiso de lentejas, locro y carbonada son algunas de las propuestas deRaíces.
(Crisólogo Larralde 3995, Saavedra)

LA CHOLITA: Tamales y polenta a las brasas
Fue una de las primeras parrillas informales en ponerse de moda hace unos cuantos años. Con sus mesas de madera pintadas de rojo, manteles de papel, crayones en la mesa, comida rica y precios accesibles, se ha mantenido firme en la lista de lugares para comer rico, bonito y barato. Si bien La Cholita es más bien conocida por su parrilla, en invierno el hit son las cazuelas, humitas, tamales, empanadas y su famosa (y riquísima) polenta a las brasas. De los mismos dueños de El ÑandúLas Cholas y Las CabrasLa Cholitarespeta el espíritu que comparten todos los espacios de estos emprendedores: lugares con buena onda, donde no importa demasiado que las mesas están apretujadas y no atiendan los mozos más experimentados; comida casera, abundante, para disfrutar en buena compañía están asegurados.
(Rodríguez Peña 1165, Recoleta)

EL GLOBO: Puchero de tradición
Clásico de clásicos. El Globo es uno de esos lugares de antaño que quedaron frenados en el tiempo; abierto desde 1908, con su salón de techos altos, mucha madera, manteles blancos y bandeja ovalada. Salvando pequeñas variaciones, no ha cambiado casi nada durante los últimas décadas; se ha preservado durante todos estos años con la misma onda, mismos mozos, misma carta y (por suerte) misma calidad de sus platos. Tiene justa y bien ganada fama por su contundente y abundante puchero de la casa que muchos han llamado el mejor puchero de Buenos Aires. No le falta nada: caracú, panceta, chorizo colorado, morcilla asturiana, ternera, cerdo, pollo, verduras y legumbres. Pero como no todo es puchero, también vale la pena destacar su jamón serrano, el pulpo a la gallega, cochinillo al horno, callos a la madrileña y gambas al ajillo. Satisfacción garantizada.
(Hipólito Yrigoyen 1199, Centro)

EL OBRERO: Puchero y Estofado con papas y arvejas
Hay que decirlo: no todos los días vamos a tener ganas de ir hasta La Boca para comer puchero, pero, y es un gran pero, para el de El Obrero vale la pena el viaje. Pizarras, fotos, banderas y camisetas que están ahí desde hace décadas, mesas de madera, paneras, copas de vidrio grueso, más bandejas ovaladas y platos sabrosos (y abundantes) te esperan al llegar. El Obrero se volvió conocidísimo cuando fue visitado por la banda U2 en 1998, pero es uno de los bodegones más clásicos y mejores mantenidos de la ciudad. Abrió en 1954, y desde entonces se propone “comida a la vieja usanza, platos ricos servidos con generosidad”. No dejen de probar las rabas y, para hacerle honor al invierno, esos platos suculentos y sustanciosos: mondongo, lentejas, carne a la cacerola, o el imbatible, calórico estofado con papas y arvejas, ideal para días fríos.
(Agustín R. Caffarena 64, La Boca)

QUINTODOCE: Guiso de lentejas, la estrella del menú
QuintoDoce es un restaurante a puertas cerradas que abre martes y jueves, y propone comida casera, como la que comías en tu casa. Abrió hace poquito, pero viene a todo trapo, y durante el mes julio el menú degustación incluye cerveza artesanal, bruschettas de berenjenas con rúcula y crocante de provoleta, un potente guiso de lentejas y, para terminar, hay faux tiramisú. La humita y el risotto del mes de junio fueron furor y no se espera nada menos del guiso casero para combatir el frío de julio.
(Juan Ramírez de Velasco y Av. Angel Gallardo, Villa Crespo)

ALMACEN SECRETO: Locro a puertas cerradas
Almacén Secreto Club es un restaurante a puertas cerradas que sirve comida regional. En un ambiente íntimo, cálido, de una casa con ambientación rústica y con un servicio descontracturado pero atento, Almacén Secreto ofrece una carta original de cocina autóctona, dividida en tres regiones (Norte, Centro, Sur). En la carta Norte, el locro es una manta abrigada contra el frío. El combo infalible para el invierno es empezar con lacazuelita de hongos de la carta Sur, seguida del locro, el obligado de la cocina norteña. El locro lo preparan en olla gigante, con zapallo criollo, maíz, porotos e incluye tripa gorda, panceta salada, chorizos criollos y colorados y se sirve en cazuelas de barro, acompañado con verdeo y salsita picante de tomate. Inevitable acompañar con un buen vino tinto y, si llegás al postre, quesillo con dulce de cayote, miel de caña y nueces.
(Gregoria Pérez y Conde, Colegiales)

CUMANÁ: Pastel de papa y Mondongo
Si estás buscando un lugar silencioso con atención de mozos súper profesionales, este no es tu lugar; pero si lo que querés es un lugar para cazuelas y los platos típicos irresistibles en un ambiente bullicioso e informal,Cumaná puede ser lo que necesitás. Paredes de ladrillo a la vista, decoración estilo campestre y una carta llena de platos anti frío: arroz con hongos, vegetales y queso fundido, carbonada, tamales, lentejas, cazuelas y humitas. ¿Los más populares? El pastel de papa y lomo al barro, la carbonada criolla y el mondongo. Recomendación: ir temprano si no querés esperar;  se llena rapidísimo.
(Rodríguez Peña 1149, Recoleta)

MARIETA: Guiso de lentejas
El nuevo restaurante de Martín Molteni (Pura Tierra) no es un hotel con restaurante, es un restaurante que también tiene un hotel; y abrió a principios de junio. Con una propuesta que va variando a lo largo del día (cafetería, carta de mediodía, tardes de té y menú de noche), el reconocido chef propone platos originales pero no pretenciosos y elaborados con productos autóctonos. Hay sopa del día, arroz meloso con vegetales y, para el invierno, Molteni promete incluir un guiso de lentejas inolvidable apareciendo como plato del día.
(Cerrito 22, CABA)

GUISOS Y MÁS GUISOS:
Está claro que lugares para comer guisos y cazuelas, especialmente en invierno, hay de a montones y es imposible nombrarlos todos. Cómo, entonces, dejar de nombrar el guiso de pechito de cerdo de Urondo Bar, o dejar afuera algunos clásicos como El Sanjuanino, que lleva más de 50 años haciendo clásicos de la cocina criolla y ofrece un locro bien espeso con mucha carne y poca verdura, o El QuebrachoEl Preferido, y Perón Peróndonde se puede disfrutar de un hipercalórico guiso de mondongo.

Cada uno tendrá su lista con esos lugarcitos que no fallan para calentar cuerpo y alma, por eso contanos: ¿cuáles son tus preferidos para esos memorables platos de invierno?

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