Jueves lluvioso que grita otoño, post feriado, fiaca total la oficina, día ideal para salir a comer o tomar algo, cambiar el humor y abrazar el viernes que llega con nubes y tormentas, pero ya es fin de semana. Naná es un lugar perfecto para un día como hoy. Un restaurante tranquilo, con una propuesta de platos originales y ricos en el lindísimo y todavía nuevo Boulevard de Yrigoyen en Vicente Lopez.
Naná, Vicente López (Yrigoyen 499, Vicente Lopez)
El lugar: Toldo blanco y negro, mesitas en la vereda, entrada directa a un pequeño patio interno, y un gran ventanal que da al resto del salón. Mesas de madera, decoración más bien minimalista, look cálito, entre moderno e industrial, bien cuidado en los detalles. No sólo gana el ambiente, también la comida. Si estás por la zona, también es una buena opción para almorzar, tienen buenos especiales y menús de mediodía.
Comida:
En general, no me pasa mucho de ir a un lugar y querer probarlo todo, pero es lo que me pasó siempre en Naná. No estoy segura de si cada vez que fui estaba muy hambrienta, si es que describen los platos de forma que suenan todos muy tentadores, o que el chef, Hugo Macchia (ex scure) realmente ha logrado una propuesta super interesante.
Naná, Vicente López (Yrigoyen 499, Vicente Lopez)
El lugar: Toldo blanco y negro, mesitas en la vereda, entrada directa a un pequeño patio interno, y un gran ventanal que da al resto del salón. Mesas de madera, decoración más bien minimalista, look cálito, entre moderno e industrial, bien cuidado en los detalles. No sólo gana el ambiente, también la comida. Si estás por la zona, también es una buena opción para almorzar, tienen buenos especiales y menús de mediodía.
Comida:
En general, no me pasa mucho de ir a un lugar y querer probarlo todo, pero es lo que me pasó siempre en Naná. No estoy segura de si cada vez que fui estaba muy hambrienta, si es que describen los platos de forma que suenan todos muy tentadores, o que el chef, Hugo Macchia (ex scure) realmente ha logrado una propuesta super interesante.
En cualquier caso, la comida siempre estuvo muy rica. Arrancamos bien, en vez de panera, traen unos bastoncitos de pan y un huevo pasado por agua, me encantó la idea, super original.
De las entradas o pequeños platos (que van cambiando cada tanto y si tengo algo para criticar es que son demasiado pequeños realmente), en distintas oportunidades probé burrata, brie con remolachas confitadas, paté, dulce y espinaca salteada, y el ceviche de langostinos. Todos recomendados, salvo que quien avisa no traiciona, son pequeños de verdad (un cuarto de burranta más que una entrada es un tentempié).
De los principales, destacable el salmón en croute de lapsang sanchuang con humita y sofrito de tomate con uva (humita con salmón es una combinación que no hubiese pensado, pero queda genial, y el sofrito con uva le da un extra dulce que combina muy bien con un pescado graso como el salmón; los malfatti de espinaca, el tiradito de trucha o la ternera braseada. De postre, creme brulée de naranja o una chocotorta hecha como corresponde.
Dato: buena carta de vinos y tragos, a precios razonables.
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