Es verano, hace calor, el asfalto quema y estás clavado en Buenos Aires muriendo de envidia ante quienes están tomando una cerveza helada y comiendo algo rico con la brisa del mar en la cara, ¿no? A mí me pasa, pero basta de sufrir, no es necesario armar las valijas e irse lejos para comer algo rico al aire libre, junto al agua. Nos estamos ahorrando el mar (de gente), las colas eternas en los peajes, y al final una Buenos Aires tranquila, más quieta, no está tan mal, sólo hay que aprender a llevarla. Mirando el río, o una pileta, en la ciudad de la furia también se puede comer en lugares que te van a hacer sentir de vacaciones. Acá van algunos (y sumá los tuyos).
I CENTRAL MARKET (Dique 4, Puerto Madero)
Cualquier lugar que venda gelato, flores y aceite de oliva tiene mi atención inmediata. I Central Market tiene todo eso, y más. Es restó, café, mercado, pastelería, quesería, bazar, florería, panadería, wine bar y hasta heladería. Una linda opción para salir a pasear y sentarse a disfrutar de un almuerzo frente al río. Las ensaladas fueron un high light del verano pasado, y prometen volver a serlo esta temporada. Hace poco renovaron decoración y paleta de colores, sumaron nuevas propuestas de tartas y pizzas para el mediodía, y agregaron algunas cositas de rotisería gourmet. También tienen take away, buena opción para quienes trabajar por la zona y no encuentran lugar para sentarse.
EL MUELLE (Restaurante del Club de Pescadores, Costanera)
Hermoso lugar con excelente vista al río, armado dentro del histórico edificio del club de pescadores. Muy buena comida y atención. Se puede comer en el salón o en el balcón aterrazado. Si corre aire, no dudar, ¡a sentarse afuera! A la hora del almuerzo es un poco más relajado, y a la noche algo más formal. La comida es de estilo mediterráneo, su especialidad son los pescados y mariscos, que preparan con una fuerte influencia vasca y nórdica. Es de precios elevados, pero no en cualquier lado podés sentarte con una amplia vista al agua y comer pulpo a la gallega (en Buenos Aires). Muy buena la tortilla, las girgolas con provenzal, y la frittata de mar.
HOME BUENOS AIRES (Honduras 5860, Palermo)
¿Y qué tal comer en el jardín de un hotel, mirando la pileta? En el jardín de este hotel boutique de Palermo se puede brunchear como si fueses turista en tu propia ciudad. Al pisar el hotel ya cambiás de aire, pero sentarse a comer unos huevos benedictinos con papas crocantes, mirando el pequeño pero lindísimo jardín con pileta, sin dudas es lo que hace completa la experiencia. Se pueden sentar afuera a la sombra de árboles y enredaderas, u optar por alguna de las mesas dentro del ambiente con aire acondicionado pero que cuenta con grandes ventanales de vidrio que te dejan disfrutar de la vista. Además de todo tipo de huevos, también cuentan con tarta del día, bife de chorizo con papas fritas y tentadores cocktails. El brunch se sirve los fines de semana y feriados. Si van a almorzar un día de semana tienen sándwiches, hamburguesas y variedad de ensaladas.
AQUELLOS AÑOS (Rafael Obligado, Costanera)
Allí donde había estado plantado el famosísimo Los años locos se encuentra ahora la parrilla Aquellos Años. Un salón inmenso, una amplia terraza que ofrece una gran vista al Río de la Plata, y buena parrilla. Para comer asado, papas fritas y una buena provoleta (si es con rúcula y tomate, mejor). La comida tarda en llegar, pero el que avisa no traiciona, y según lo que pidas te advierten tiempo de espera porque nada está marcado, y deben darle el tiempo necesario a la cocción.
CABAÑA VILLEGAS (Alicia Moreau de Justo 1050, Puerto Madero)
Haber tenido una red de carnicerías y administrado anteriormente parrillas como Estilo Campo no fue en vano para los dueños a la hora de abrir este local en Puerto Madero en 2009. Han logrado una propuesta de parrilla con todos los clásicos y materia prima de primera calidad, pero sin precios desorbitantes. Ojo, no es barato, pero precios acorde a lo que se puede gastar en cualquier otra buena parrilla. Muy buenas las empanadas, la entraña, las mollejas y el bife de lomo. También tienen local en Belgrano (pero sin lo mejor: la vista al río).
LUPITA (Olga Cosettini 1091, Puerto Madero)
Máscaras de luchadores, calaveras simpáticas, santos y una gran imagen de la virgen de Guadalupe que ocupa todo el techo. Una gran barra, mesas bajas, altas, boxes y más imágenes de iconos mexicanísimos como el chile, los chihuahas, Frida. Luego del éxito de su local en Báez, en 2012, Lupita desembarcó en su local de Puerto Madero con una linda vista del puente de la mujer. Como casi toda propuesta de comida mexicana en Buenos Aires, la satisfacción depende de lo que vayas esperando. Lupita es como un fast-mex, con algunos elementos mexicanos bien logrados (muy buena salsa picante, por ejemplo), pero, también tiene adaptaciones bien argentinas, como el burrito de cordero (que no está mal) o la quesadilla de carne (con cheddar y roastbeef). El guacamole está bien (aunque la porción me pareció chica). Mientras decidís qué comer, traen unos nachos con tres salsas (picante, berenjenas y mayonesa de cilantro, las tres bien). Durante la semana, hay happy hour: buen mojito y la caipi de menta y vainilla (pero alejarse del bloody mary, y la cerveza llegó caliente y tuve que pedir frappera).
CARRITO ABANICO (Av. Rafael Obligado s/n, al lado de Rodizio, Costanera)
Ok, con el calor que acosa la ciudad, proponer salir a comer un vacío-pan o un sándwich de bondiola un día de 35 grados bajo la sombra puede no ser lo más tentador. Pero qué pasa si les digo que en este caso estamos hablando de un puesto como cualquier otro de Costanera, pero glorificado. Sillas, sombrillas, baño y hasta wifi y un cerramiento para repararse del viento. Los sándwiches son un poco más caros que en cualquiera de los otros puestos como El Rey, El Torito, Parrilla Mi sueño, ¿pero no pagarían un plus para sentarse en una mesita a la sombra?
LA VENTOLA (Elcano 1700, Martínez)
Un restó pub sobre la costanera de Martínez, clásico de verano entre los habitués de la zona, con linda ambientación estilo barco, muchas mesas afuera con sombrillas de paja, pasto, es casi como estar en un parador, pero con vista al río en vez de al mar. Para comer, buenos pescados, rabas, cornalitos y ensaladas abundantes. Son algo caras las bebidas ($32 un agua sin gas), considerando que con estos días de calor intenso es probable tomar más líquido que lo habitual.
BELINDA (En el Puerto de Frutos en Tigre)
Es comida sana y casera en un lugar con decoración moderna y despojada, mucho blanco, una gran mesa de madera, estanterías de acero, lámparas con pantallas de mimbre negro, una gran pizarra negra con dibujos en tiza blanca, que contrastan con el entorno verde del río y el Puerto de Frutos. El fuerte son las ensaladas y sándwiches. Hay platos del día, como por ejemplo bondiola con puré de batatas y miel. También es una buena opción para la tarde para complementar un paseo de compras con mini postres y pastelería. De postre, cheesecake de maracuyá, crumble de manzana con helado.
TIGRE BOAT CLUB (Paseo Victoria 156, Tigre)
Esta casona antigua albergó el primer club de remo de Tigre. Es ideal para disfrutar del jardín en verano, aunque adentro también tiene varios rincones, decorados con distintos colores y atmósferas distintas, bien de casa grande. La comida es rica y fresca, la atención es esmerada, y los precios son razonables. Milanesitas de mozzarela, bifecitos a la pimienta, carré de cerdo a la ciruela con papas rosti, brótola con salsa de queso azul, creme brulee, y tostados hechos con pan lactal, como los preparaba mi mamá.
AMARRAS SNACK BAR (Las Casuarinas y Río Luján, Puerto de Frutos, Tigre)
Deck y mesas de madera, sombrillas rojas y una linda vista del Río Luján, para cortar el día de paseo con un licuado y un tostado. Es uno de esos lugares de pasada si estás en el Puerto de Frutos, también vale si tenés ganas de almorzar una ensalada, hamburguesa o algo no demasiado elaborado. La comida no es de otro mundo, pero los pies agradecen el descanso, y los ojos la vista. A disfrutarlo por lo que es, un lindo lugar para sentarse un rato y reponer energías comiendo algo y disfrutando de la sombra.
LA NELLY (J. B. Alberdi, Puerto de Olivos, Olivos)
Esta parrilla clásica de la zona es una buena opción veraniega para comer al aire libre gracias a su ubicación privilegiada frente al Puerto de Olivos. Ingredientes de buena calidad y porciones abundantes. Decoración sencilla, mozos experimentados y atentos. Si consiguen mesa en el piso de arriba, tienen una vista hermosa del río. ¿Qué pedir para comer? Bife de chorizo con fritas, vacío, matambre a la pizza, ineludible entraña, bondiola de cerdo, provoleta y sensacionales empanadas a la parrilla; también tienen buena pesca del día y platos de bien ganado prestigio: clásica milanesa a la suiza, costillitas a la riojana y alguna de las distintas pastas
EL PATO (Del Arca y Río Luján, San Fernando)
Sobre el pasaje costero de San Fernando, junto a los ceibos que bordean el sendero del río, se encuentra El Pato, una opción genial para almorzar con vista al río. Salón tipo bodegón con mesas de madera, cuadros y chapas antiguas; cerveza helada y unas buenas rabas, entraña y tira de asado a la parrilla, trucha. Para los que no quieran parrilla, también sirven pastas caseras y minutas. Se puede comer en mesas afuera y tienen lugar para estacionar (importante por la zona). Tienen menú de mediodía y los viernes y sábados por la noche suele haber cena show.
TOIEN – PERU BEACH (Elcano 974, San Isidro)
Uno de esos lugares para disfrutar del verde, del río, buena música y comida. Hit absoluto casi todo el año, pero especialmente en verano. Deck de madera, mesas de madera, sombrillas, vista al río, ¿qué más se puede pedir? Durante el día elijan opciones simples como tostados o hamburguesas con fritas, o un rico milkshake. La atención es lenta y medio mala, pero siempre está lleno de gente y son pocos mozos; disfrutemos del entorno y sepamos entender. Es una buena opción para cenar, más tranquilo; recientemente renovaron la carta y ofrecen un buen menú a precios razonables. Pinchos de pollo, langostinos rebozados, quesadillas, sándwiches de salmón. Si Perú Beach no es tu onda y querés alejarte un poco de la gente, a unas pocas cuadras se encuentra también El Molino, un parador más chico y algo menos concurrido, donde pueden tomar un trago en una de las reposeras y comer una buena milanesa o una ensalada fresca.
ESCAPADA AL DELTA
Para pasar el día o para almorzar y volver, una escapada por el Delta promete cortar la rutina sin excepciones. Río, lanchas, comida casera ¿y por qué no una siesta a la sombra de un árbol? Desde Tigre, pueden llegar con una lancha taxi o con una de las lanchas colectivas (Interisleña, Jilguero o Líneas Delta). Lo mejor es llamar al restaurante, reservar y preguntar qué lancha colectiva los alcanza, ya que es mucho más económico. Hay varias opciones de restaurantes, entre ellos, los más conocidos son Atelier Chez Lissie, Isla Margarita, y Los Pecanes.
Isla Margarita es una hostería y restaurante sobre Río Carabelas al 300. En un predio de 9 hectáreas de parque y senderos con flores se encuentra una pequeña hostería con tres habitaciones y un restaurante emplazado en un salón típicamente isleño, con piso tipo deck de madera, grandes ventanales y mucho verde alrededor. ¿Qué se come? Por sobre todo, comida casera. Mermeladas hechas con frutos de la zona, pan cocido al horno a leña, platos al disco, pastas caseras, picadas y escabeche.
Otra opción es Atelier Chez Lissie; se encuentra en la primera sección de islas a 16 km de la ciudad, por lo que se llega rápidamente desde Tigre. El lugar es muy bonito, plantado en una hermosa casa isleña hecha en pinotea, con muchos muebles en madera, decoración medio campestre. La comida es cara, y no es excepcional, pero vale la pena por el lugar.
Los Pecanes: Dentro de un área declarada por la UNESCO como reserva mundial de biosfera, a 90 minutos en lancha colectiva desde la estación fluvial de Tigre (o 45 minutos en lancha particular), se encuentra esta hostería, perfecta para llegar tempranísimo y aprovechar todo el día. Los sábados es costumbre preparar pollo ahumado con verduras, haciendo uso de su horno de barro, y los domingos hay menú fijo de asado (chorizos, morcillas, colita de cuadril, asado, pechito de cerdo y lomo) que incluye vino, gaseosas, mesa de ensaladas y de postres. Además, Ana prepara la mesa de postres que incluye variedades de tortas (incluyendo su famoso pecan pie), flan y hasta se pueden llevar un dulce casero a casa. El ambiente y la comida son excelentes. Tienen una huerta orgánica muy bonita, mucho jardín verde, reposeras para dormir la siesta y algunos senderos para quienes quieran caminar un rato.
De yapa: Red Resto Lounge (Rosario Vera Peñaloza 360, Puerto Madero)
El restó del Hotel Madero invita con excelente atención, lindo ambiente y buena comida. No sé si cuenta exactamente como estar mirando el agua, pero casi (estás a unos pocos metros, y como está ubicado en un hotel es casi como estar de vacaciones de todas formas), así que vale mencionarlo. Es para ir una noche en pareja a darse un gusto. La comida es muy buena; una carta sofisticada con influencia francesa. Hay atún rojo con vegetales asados (difícil de encontrar, y muy bien preparado), cordero patagónico braseado (solo apto para noche fresca, ¡da calor!), merluza negra grillada con tagliatelle, frutos de mar, entre otras tantas cosas ricas. Si pueden, aprovechen para tomarse un trago en el White Bar antes de la cena o visiten la cava que cuenta con más de 600 etiquetas. Otros sobre el agua en Puerto Madero son La Parolaccia, Puerto Cristal y Cucina Donore.
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