Es una bebida milenaria que fue consumida por esclavos, trabajadores, filósofos, artistas, reyes y escritores de todo el mundo. Hoy, es la segunda bebida caliente más consumida en el mundo entero: se consumen alrededor 2 mil millones de tazas de café a diario en el planeta, y se dice que para el 2020 se espera un consumo de 10.2 millones de toneladas de café a nivel global.
El café es parte del ADN cultural porteño. Es la forma de empezar el día con pilas, o la forma de frenar unos minutos a descansar. Es la excusa para la charla con amigos, la lectura en silencio, o matar un rato a sorbos. Se lo toma negro, cortado, en jarrito, lágrima, café con leche, capuchino, medio y medio, con crema, doble… y se lo puede tomar por todas partes. Hay alrededor de 8 mil cafés desparramados por la ciudad, y siguen apareciendo nuevas cafeterías modernas que ofrecen frapuccinos y blends de granos importados.
Los cafecitos de Buenos Aires tienen ese no se qué, una especie de complicidad de la que nos sentimos parte. Casi todo el mundo pasó alguna vez por lugares míticos como el
Café Tortoni, donde conviven el pasado de Buenos Aires y el presente del resto del planeta, con turistas de todo el mundo que deambulan permanentemente por sus pasillos para descubrir qué lo hace tan famoso. Con más de 150 años de historia, es el clásico de los clásicos. No hay razones para no ir a conocerlo.
Otro lugar que emana historia es
El Banderín, que desde 1929 es lugar de encuentro para tangueros y fanáticos del deporte. Famoso por sus sándwiches de jamón crudo y queso, y por la infinidad de banderines de clubes de fútbol de todo el mundo, fotos de jugadores e ilustraciones tangueras colgadas en la paredes.
En lugares como
La Giralda, en cambio, prima el clima bohemio, y es recordado como uno de los bares más concurridos por jóvenes militantes y estudiantes universitarios; donde además de sus cafés, son imperdible el chocolate con churros.
El Gato Negro es otro clásico de la calle Corrientes, donde se fusionan los aromas del café tostado con el de las especias y las hebras de té. Parada ideal para antes o después de una obra de teatro.
A unos pasos de Caminito, se encuentra el café
La Perla, donde se han visto a celebridades extranjeras y locales por igual, desde Clinton, Madonna y hasta Maradona.
En alguno habrás visto el cartel de
“Café pendiente”, la movida solidaria que recorre el mundo y hoy se hace fuerte en Buenos Aires. El café es sin dudas algo muy Buenos Aires, pero también es la bebida de la globalización, la de todo el planeta, y desde hace ya varios años, además de los clásicos de todos los tiempos y los bares de barrio donde nos sentamos a desayunar café con leche con jugo de naranja y medialunas, aparecen cada vez más lugares modernos con tazones gigantes de café con leche para el brunch, espumas dibujadas, patisserie francesa. Lugares como
Oui Oui, Le Ble y
Le Pain Quotidien, o decenas de locales de
Starbucks o confiterías
Havannase van desperdigando por la ciudad. En definitiva, hay lugar para todos en nuestra Buenos Aires, que es un paraíso cafetero, incluso para los que prefieren tomarlo en casa (ya sea instantáneo, café de filtro o hasta en una moderna máquina de café espresso).
DONDE COMPRAR CAFÉ
¿Dónde compramos café para preparar en casa? Además de la cada vez más amplia variedad de marcas y opciones en las góndolas del supermercado, donde ya podemos comprar descafeinado, capuchino y hasta mochaccino instantáneo, hay decenas sino cientos de tienditas donde uno puede ir a comprar cafés de todo el mundo.
Starbucks, Havanna y muchas otras cafeterías venden sus blends y variedades.
Nespresso también está pisando fuerte, promoviendo la idea de que cualquier persona puede crear una taza de café espresso perfecta, para disfrutar en cualquier momento, y en casa. Las
tiendas de café Cabrales cuentan con gran variedad de opciones en café molido y se puede pasear entre góndolas llenas de productos gourmet, cafeteras, y tomarse un cafecito en el mostrador mientras esperás que te muelan el café que más te guste. También se puede ir a lugares como
Central de Café, que cuenta con más de 70 variedades de cafés de todo el mundo, blends
de granos ya tostados y empaquetados, listos para llevar a casa.
CAFÉ QUE TE HACE BIEN
Dicen que Napoleón tomaba más de 20 tazas de café diarias. Beethoven seleccionaba los 60 mejores granos para preparar su café, que usaba como fuente de inspiración. ¿Qué tan malo puede ser el café?
A fin de mayo se celebró en
The Pick Market la tercera edición de la campaña
Amo Mi Café. Entre cafés y cosas ricas para el desayuno, Analía Alvarez, Directora del Centro de Estudios del Café, y Andrea Rochaix, Licenciada en Nutrición, hablaron del rol que ha jugado el café en la historia, la religión y la salud. Nos contaron por qué el café goza de mala prensa, y enumeraron los beneficios que puede tener el consumo (siempre que sea moderado) de esta bebida tan famosa.
Según cuenta Andrea Rochaix, el café goza de mala fama. Se dice que provoca acidez, que la cafeína es el enemigo, que da taquicardia, que los problemas de tensión, que hace mal a los riñones… pero en realidad no hace mal.
El café es un alimento antioxidante y prebiótico. Muchos estudios han comprobado que el café no solo no presenta riesgos para la salud, sino que, por el contrario, tiene muchos beneficios. Se ha demostrado que el café está en el 6º puesto entre los alimentos con más antioxidantes, sólo superado por arándanos, alcachofas y especias como el orégano y el romero. De hecho, la mayoría de los estudios que se han realizado para investigar los efectos adversos del café han sido inconclusos.
Según el neurólogo Jorge Moll Neto, el café tiene un poderoso efecto sobre las regiones del cerebro que regulan el placer, la atención y la motivación
Gran parte del debate sobre el café y la salud tiene que ver con la cafeína; pero no hay que temerle a la cafeína. Tengamos en cuenta que un espresso tiene 35 mg de café, mientras que una lata de coca cola tiene 50 mg y una taza de té negro tiene 100 mg. Además, la cafeína es una sustancia natural, de la familia de la teobromina (que contiene el chocolate, y nadie piensa que el chocolate hace mal, ¿o sí?).
Como con todos los alimentos, es cuestión de moderación. La dosis recomendada es de 3 o 4 tazas de café diarias
¿Cómo funciona la cafeína? En nuestro cerebro tenemos algo llamado adenosina, que es responsable de gran parte de nuestra energía. La adenosina naturalmente tiende a unirse con receptores de adenosina, que bloquean su función y nos dan sueño. La cafeína atrae a los receptores de adenosina, y el cuerpo se pone en alerta, produciendo mayores niveles de adrenalina. La cafeína también aumenta el nivel de dopamina en el cuerpo, y eso nos da el golpe energético que conocemos como “caffeine high”.
MINI HISTORIA DEL CAFE
La historia del café está íntimamente ligada a la historia de la humanidad. Las propiedades energizantes del café fueron descubiertas por pastores en Etiopía (cerca del 500 d.C) cuando vieron que sus cabras, al masticar granos de café, se volvían hiperactivas y comenzaban a saltar por todas partes. Estos pastores entonces decidieron tostarlas y molerlas, mezclarlas con grasa de cerdo y consumirlas como una golosina energética.
Recién en los monasterios de Arabia, alrededor del siglo XV, el café comenzó a consumirse como infusión, preparada a partir de granos de café tostados y molidos, de forma muy similar a como lo tomamos en la actualidad.
Se dice que la religión jugó un rol importante en la popularización del café en el mundo. ¿Por qué? Muchas religiones prohibían el consumo del alcohol, pero consideraban al café como una bebida aceptada por dios. Se dice que los sufíes consideraban al café como una bebida religiosa que los conectaba con dios y fueron los primeros promotores del café como bebida.
Para el siglo XVI, el café se había conquistado el resto de Medio Oriente, Persia, Turquía y el Norte de África. A fines del SXVII, el café fue botín de guerra. Los turcos habían sitiado Viena, capital del imperio austrohúngaro. Cuando los ejércitos europeos empezaron a avanzar sobre los turcos, éstos huyeron y dejaron abandonados sacos de granos de café verde.
En un principio, el café desembarcó en Europa como una bebida misteriosa, que provenía de tierras paganas.Los cerveceros también se encargaron de desprestigiarlo, porque el café venía a amenazar el poderío de la cerveza. Sin embargo, a pesar de la mala prensa, el café no tardó en rectificarse y pasó a ser una bebida social, principalmente masculina.
CAFÉ CON LECHE Y MEDIALUNAS
Poco después se abren las primeras cafeterías de Viena, y el café se convierte en la bebida más popular de la ciudad. Fueron los vieneses responsables de dos eventos importantes para la historia del café. El mundo hasta entonces consumía el café al estilo árabe, sin colar y sin leche, porque se pensaba que agregarle leche al café podría llegar a aumentar la propensión a contraer lepra.
Nace en Viena el café con leche, y también la medialuna. La medialuna era el símbolo del imperio otomano; el panificar era el símbolo de la autoridad para consumirlo con el café, era una especie de burla política. El gesto prendió y se convirtió en una costumbre amada por todos los consumidores de café.
La medialuna fue llevada luego por María Antonieta a Francia, y re bautizada croissant, que significa creciente, como la luna. Luego el café llegó a Italia y al resto de Europa, donde se fue propagando a través de las colonias al mundo entero.
En Italia fue inventado el espresso, para acelerar el proceso de preparación, y que los trabajadores demoraran menos tiempo en su “coffee break”. Esa necesidad de urgencia fue evolucionando luego de la revolución industrial, y acompañó a la evolución del café.
Dato interesante es que aunque hoy se conozca a Inglaterra como la nación del té, los ingleses también fueron altamente cafeteros. La conversión a una nación de té tuvo que ver con una decisión de Estado, que consideraba una mala idea seguir comprando café a los holandeses, quienes eran la principal competencia de la Compañía Británica de las Indias Orientales.
EL CAFÉ EN EL MUNDO
Italia: es la patria del espresso. Es uno de los mayores exportadores de café torrefacto y ocupa el décimo lugar de consumo mundial. Son padres del ristretto e inventores de los bares.
Francia: es café, croissants y baguettes. Los cafés parisinos jugaron un rol importantísimo en la historia de la cultura. Fueron lugar de encuentro para figuras intelectuales, desde Voltaire hasta Picasso.
EEUU: es el reino del café de filtro. En tazas gigantes y vasos de papel; también son inventores de la mayor parte de los cafés saborizados y son el país que más consume café en el mundo
Turquía: el café llegó a Estambul a mitades del siglo XVI gracias a los mercaderes sirios. Los hombres solían juzgar a las mujeres por sus habilidades a la hora de prepararlo.
Austria: el café representa una forma de “perder el tiempo” de manera elegante, siempre acompañado por una buena porción de torta.
Alemania: en casa o de pie en los Stehkafee, el café juega un rol importante en la comida más importante del día, el desayuno.
Finlandia: tiene el récord de consumo per cápita del mundo.
Brasil: es el mayor productor de café del mundo. Produce casi un tercio del café a nivel mundial. Le siguen en nivel de producción Vietnam, Colombia, India, Indonesia, Honduras, Guatemala, Etiopía, Perú y Uganda.
Japón: cuando uno piensa en la cultura oriental, piensa en tranquilidad, zen e infusiones herbales. Sin embargo, en Tokio se vive a un ritmo acelerado y el café está por todas partes. En lata, botellas, máquinas expendedoras o en cafeterías y restaurantes.